Es una playa pequeña y salvaje que está dentro de un área preservada - la Reserva Ecológica de las Emerências - y el acceso se realiza por la carretera Búzios / Cabo Frío. Tres kilómetros después del Pórtico de Entrada de Búzios, se llega al barrio que da nombre a la playa. Desde allí, son dos kilómetros más en asfalto y un kilómetro en carretera de tierra.
El nombre de la playa proviene de un traficante de esclavos, José Gonçalves, que utilizaba el área para el tráfico de negros. Rodeada de piedras, costas rocosas, montañas y mata nativa, tiene arenas oscuras y finas y olas que atraen a los surfistas.
Las bebidas heladas y los aperitivos – entre los que se destaca el casquito de marisco – son ofrecidos en el inusitado quiosco de Ranieri, un artista plástico de Minas Gerais que ha rodado medio mundo y es muy simpático.